(Notisipaa 147) El problema no es que las personas ganen salarios decentes, el problema es que algunos políticos y empresarios hagan campaña diciendo que un salario decente es malo. En los últimos días de prensa nacional han intensificado su campaña contra lo que llaman “altos salarios” en el sector público. Como parte de esa campaña, los salarios en Recope, en la Universidad de Costa Rica, en el ICE, entre otras instituciones, han sido objeto de debate público, pero de un debate mal intencionado, en especial cuando la prensa destaca casos extremos. Este asunto pasó a máximas consecuencias cuando el periódico digital CRHoy, propiedad del ex ministro de Hacienda (98-2001), Leonel Baruch, publicó los nombres de los 22 mil funcionarios del ICE, CNFL y RACSA, con número de cédula y planilla reportada a la CCSS en abril. Hasta el momento nuestros salarios ni nombres no han sido expuestos, pero nada evita que mañana no lo sean. La democracia tiene sus circunstancias. Una de ellas es la transparencia y como funcionarios públicos estamos expuestos al escrutinio. De hecho, SIPAA ha sido un atento observador del actuar de nuestras jerarquías, ha sido implacable defensor de la transparencia y del acceso a la información y hasta ha recurrido a la Sala Constitucional para defender este derecho, el cual poseemos y ejercemos responsablemente. Pero buscar y publicar la información con intenciones perversas, como lo está haciendo la prensa en estos días, es lesionar la democracia misma. Y esto adquiere mayor relevancia cuando la información no es fidedigna ni completa. La prensa se ha hecho vocera de los enemigos del Estado Social de Derecho, quienes a toda costa buscan desmantelar las instituciones y entregar servicios como los que presta el AyA al sector privado. Sí, porque el AyA está en la lista. Y si no nos preparamos, nos va a llegar la hora, tarde o temprano. Cómo trabajadores y trabajadoras del sector público, debemos tener conciencia de que nuestros salarios son el resultado de nuestro esfuerzo cotidiano, de un régimen de servicio civil, de un sistema que genera estabilidad laboral, provee a los trabajadores garantías sociales y laborales sostenidos en el tiempo, provee igualdad de salarios para hombres y mujeres, y nos permite vivir, a nosotros y a nuestras familias, con dignidad. Deberíamos aprovechar esta oportunidad para valorar y defender lo que tenemos. No caigamos en la trampa de censurar las buenas condiciones y logros salariales en otras instituciones, más bien luchemos para que a nosotros no se nos arrebate lo bueno que tenemos y exijamos mejoras amparadas a nuestros derechos laborales. Por otro lado, si la prensa quiere hablar de salarios y de déficit fiscal, que empiece publicando y dando a conocer los casos de los 400 mil trabajadores del país que no reciben ni el salario mínimo y dando los nombres y los apellidos de sus patronos; si la prensa se muestra tan preocupada por las finanzas del Estado, que publique nombres, apellidos y números de cédula, de los dueños de las empresas que evaden impuestos y adeudan millones a la CCSS. Una sociedad justa debería aspirar a que todas las personas tengan salarios dignos y trabajo decente. Cuestionar los salarios en el sector público es un acto de mezquindad, es la evidencia de que sus intenciones están muy alejadas de lo que dicen defender. ¡Agachar la mirada, o levantar la cabeza. He ahí dos mundos tan diferentes! Junta Directiva SIPAA |
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SIPAA reitera: quienes han llegado a esta institución no han tenido capacidad para liderarla3/27/2015
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Agosto 2017
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