(Notisipaa # 165/ 6-4-2016) Hace pocos días la prensa informó que el AyA contrató al ICE para que busque agua en Guanacaste.
¿Cómo es posible que siendo esta una de sus funciones sustanciales no la pueda realizar la Institución?
Los problemas de abastecimiento de agua, y con más seriedad en Guanacaste, no son nuevos. Desde años anteriores y en especial desde el año pasado se sabía que íbamos a tener graves problemas en este 2016, sin embargo, ya con la crisis encima, se apela a “medidas de emergencia”.
¿Las comunidades, mujeres, niños, ancianos, en fin, nuestros clientes, la gente a quienes nos debemos tienen que recurrir a manifestarse en las calles para asegurarse que se les provea del líquido vital?
Ante la protesta, la respuesta de la Institución ha sido salir en carrera a contratar quién haga pozos, a comprar tanques y a alquilar más camiones cisterna para repartir agua.
¿Lastimosamente la institución tiene que caer en el ridículo en las redes sociales, en la crítica de la prensa y en el enojo de la población para que se tomen acciones?
Para nuestra jerarquía superior es más fácil poner un parche de más de ¢300 millones que asegurar una adecuada planificación y pedir cuentas a los responsables cuando las acciones para enfrentar el desabastecimiento a la población son inadecuadas e insuficientes.
La “Administración del cambio” está más preocupada por sus objetivos políticos-electorales, que por cumplir con los fines para los cuales fue creado el AyA.
Ya que esta no es la primera vez en que se prescinde de la capacidad técnica y operativa de los funcionarios del AyA recurriendo al ICE, a las universidades nacionales, entre otras, para solventar problemas de gestión, la Administración Superior bien podría pedir ayuda para sí misma o dejar el campo para que otros saquen adelante a la Institución.
JUNTA DIRECTIVA SIPAA
¿Cómo es posible que siendo esta una de sus funciones sustanciales no la pueda realizar la Institución?
Los problemas de abastecimiento de agua, y con más seriedad en Guanacaste, no son nuevos. Desde años anteriores y en especial desde el año pasado se sabía que íbamos a tener graves problemas en este 2016, sin embargo, ya con la crisis encima, se apela a “medidas de emergencia”.
¿Las comunidades, mujeres, niños, ancianos, en fin, nuestros clientes, la gente a quienes nos debemos tienen que recurrir a manifestarse en las calles para asegurarse que se les provea del líquido vital?
Ante la protesta, la respuesta de la Institución ha sido salir en carrera a contratar quién haga pozos, a comprar tanques y a alquilar más camiones cisterna para repartir agua.
¿Lastimosamente la institución tiene que caer en el ridículo en las redes sociales, en la crítica de la prensa y en el enojo de la población para que se tomen acciones?
Para nuestra jerarquía superior es más fácil poner un parche de más de ¢300 millones que asegurar una adecuada planificación y pedir cuentas a los responsables cuando las acciones para enfrentar el desabastecimiento a la población son inadecuadas e insuficientes.
La “Administración del cambio” está más preocupada por sus objetivos políticos-electorales, que por cumplir con los fines para los cuales fue creado el AyA.
Ya que esta no es la primera vez en que se prescinde de la capacidad técnica y operativa de los funcionarios del AyA recurriendo al ICE, a las universidades nacionales, entre otras, para solventar problemas de gestión, la Administración Superior bien podría pedir ayuda para sí misma o dejar el campo para que otros saquen adelante a la Institución.
JUNTA DIRECTIVA SIPAA